Somos
responsables de mantener una buena relación con nosotros, con quienes nos rodean, igualmente
somos responsables de mantener una buena relación con nuestro Dios – Creador.
El adquirir conocimiento nos mantiene a salvo y nuestra victoria diaria depende
de ese conocimiento y de nuestra posición en El. Quienes somos depende de
quienes creemos que somos, igualmente en lo espiritual.
Debemos
entender y practicar que no somos victimas indefensas atrapadas entre dos
poderes opuestos. Somos seres
espirituales con entendimiento, herramientas y armas para vencer sobre el mal,
de ello depende nuestra salud mental.
El
único poder que tiene el mal es el del engaño, la mentira y en cuanto la
exponemos, pierde el poder. La batalla es en nuestra mente donde nadie puede
entrar a ayudarnos, solo nosotros con CONOCIMIENTO rompemos el poder que tiene el mal en nosotros y el mal solo existe para matar, hurtar y destruir lo bueno.
Nunca
olvidemos que si aceptamos un pensamiento negativo y no lo sustituimos con
autoridad en nosotros, toma control, se encuerpa, nos controla.
Hoy comparto unos pasos sencillos para mantenernos en guardia y controlar las emociones. Antes
que nada, concienciemos que no podemos permitir engaño, mentiras o intimidación
interna, pensamientos como: esto no va a resultar en mí, Dios no me ama a mi,
Dios no me oye a mi, quiero creer pero no puedo, solo nosotros permitimos
interferencia si creemos a esas mentiras.
En
cuanto la mentira sea expuesta, te aseguro se romperá el hechizo, el poder de
la misma. No olvidemos que la batalla es solo en nuestra mente.
Acontecimientos
de nuestra vida donde debemos discernir en qué área debemos trabajar para
confrontar la mentira del mal en mí, qué es lo que tengo que enfrentar:
Historia
familiar religiosa (padres, abuelos)
Mi
vida desde que recuerdo, infancia, adolescencia.
Historia
de enfermedades familiares físicas o emocionales.
Adopción,
tutores temporales o permanentes.
Hábitos
alimenticios: bulimia o anorexia, comer compulsivamente.
Adicción
(drogas, medicinas, alcohol).
Sueños,
pesadillas.
Pensamientos
obsesivos, blasfemos, condenatorios, distracción, falta de concentración,
fantasías.
Interferencia
mental al meditar, leer o querer concentración. MUY IMPORTANTE y por último:
nuestra vida emocional (enojo, ansiedad, depresión, amargura, temores.
NO
NOS DA RESULTADO quedarnos pegados al mal.
Para
triunfar finalmente sobre las emociones, vivir con ellas, dominarlas como fue
el mandato divino y no permitirles que nos dominen a nosotros, tenemos varios
pasos a seguir:
1. Separar lo falso de lo real y verdadero.
Debo hacer un análisis de todo lo que hasta hoy he
practicado y no me ha dado resultado, a que practicas espirituales me he
sometido, con que regularidad que huella
han dejado en mí? Entendí que soy UN SER ESPIRITUAL / EMOCIONAL y que debo
controlar absolutamente todos mis pasos, con el asesoramiento del Espíritu
divino.
2. Reconocer el engaño y aceptar solo la verdad.
Quien ama la verdad en su espíritu no hay engaño. La
persona con buena salud mental es la que está en contacto con la realidad y libre
de ansiedad.
3. Desechar, erradicar la amargura de mi vida y vivir en el
perdón. Debemos perdonar para que el mal no se pueda aprovechar de nosotros. Recordemos
que debemos perdonarnos a nosotros, a Dios, padres, hermanos, pareja, etc.
Recordemos que perdonar no es olvidar. Nunca más me acordaré significa: nunca usaré
el pasado en contra tuya. El olvido es el resultado de perdonar pero no es el
medio. Cómo perdonamos de corazón? Reconociendo el dolor y el odio, si el
perdón no toca la profundidad de nuestras emociones es incompleto. No esperemos
perdonar hasta que sintamos deseos de hacerlo, eso no sucederá nunca.
4. Desechar la rebeldía y vivir en sumisión al Espíritu Divino.
Rebelarnos a la autoridad divina le da la oportunidad
al mal de atacarnos.
5. Desechar el orgullo y vivir en humildad. El orgullo
mata, el orgullo dice: yo puedo solo, puedo salir de este enredo sin la ayuda
de Dios ni de nadie. La humildad es la confianza debidamente fijada. Al orgullo
le sigue el conflicto espiritual.
6. No soy más esclavo, soy libre. Olvidémonos del ciclo
pecar-confesar, la confesión no es solo decir lo siento, mas bien es decir yo
lo hice.
7. No soy conforme, soy paciente.
Les
recomiendo de todo corazón que no olviden jamás el llenarse de conocimiento que
es lo único que nos liberta, orar / meditar para llenar nuestro espíritu todos
los días y reunirse para compartir experiencias y estudiar.
Probablemente
las iglesias se fundaron con ese propósito y luego se comercializaron, SI vale
la pena mantener el amor filial, sin compromiso personal, SOLO COMPROMISO
ESPIRITUAL para ayudarnos mutuamente.
Yo
confío plenamente en la ayuda y socorro divino que hemos tenido para vencer
sobre las circunstancias en todo lo que hasta ahora nos hemos propuesto.
Helen Vettor.
Excelente escrito, enriquecedor
ResponderEliminargracias por comentar Amparo, esa es la idea, que haya feedback.
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