Mi escrito de hoy está inspirado en un hombre a quien respeto, admiro por su perseverancia y a quien amo por ser mi hijo, quien ha sido un maestro en cuanto a luchas se refiere. Sus palabras textuales, pronunciadas muchísimas veces: "fácil?, fácil no es pero imposible tampoco".
Cuando en familia hablamos de abundancia conseguida ilegalmente, coincidimos que lo más importante es sentirnos realizados, tranquilos con el logro conseguido a pulso, no robado, es lo que resalta nuestro valor ético a diferencia de egos intermitentes paridos del facilismo.
Mi familia ha sido mi apoyo en mi lucha, mis más severos críticos, de quienes recibo los aplausos más calurosos y los empujones a seguir cuando decaigo; es por esto, que al ver la publicación de mi hijo hoy, me inspiré a unir su sabiduria a la de Tollé sustentando mi creencia.
Creo en la incondicionalidad y en el respeto, me veo reflejada en su publicación, veo hacia atrás y repito sus frases: "fácil? no, imposible tampoco y puedo ser considerada con un super ego porque creo en una colectividad iluminada para lograr los cambios, fáciles? no, pero imposibles no son porque lo vivo a diario.
¡Cuán difícil es vivir
con uno mismo! Una de las salidas que busca el ego para escapar de su insatisfacción es
agrandando y fortaleciendo su sentido del
ser mediante la identificación con un grupo: una nación, un partido político,
una empresa, una institución, una secta, un club, una pandilla, un equipo de
fútbol, etcétera.
En algunos casos, el ego
personal parece disolverse por completo cuando la persona dedica toda su vida
a trabajar desinteresadamente por el bien colectivo sin exigir retribuciones,
reconocimiento o engrandecimiento personal. Qué alivio deshacerse de la
horrible carga del yo personal. Los miembros de la colectividad se sienten
felices y plenos, por arduo que sea su trabajo o por grandes que sean sus
sacrificios. Al parecer, logran trascender el ego. La pregunta es si realmente
se han liberado o si el ego ha dejado de ser personal para ser colectivo.
El ego colectivo manifiesta
las mismas características del ego personal, como la necesidad de tener
conflictos y enemigos, la necesidad de tener más, la necesidad de tener la
razón para que otros estén equivocados, y así sucesivamente. Tarde o temprano, la
colectividad entra en conflicto con otras colectividades porque es algo que
anhela inconscientemente y porque necesita la oposición para definir sus
límites y, por ende, su identidad. Sus miembros experimentarán entonces el
sufrimiento que se desprende inevitablemente como consecuencia de toda acción motivada por el ego. En ese momento, es probable que
despierten y se den cuenta del fuerte elemento de demencia presente en su
colectividad.
En un principio puede ser
duro despertar súbitamente y reconocer que la colectividad con la cual nos
habíamos identificado y para la cual trabajábamos en realidad estaba demente.
En ese momento, algunas personas se tornan indiferentes o amargadas y, de ahí
en adelante, niegan todos los valores, toda la valía. Esto significa que
adoptaron rápidamente otro sistema de creencias tan pronto como reconocieron
que el anterior era una falacia y que por esa razón se desplomó. No enfrentaron
la muerte de su ego sino que huyeron para reencarnar en uno nuevo.
El ego colectivo
generalmente es más inconsciente que los individuos que lo componen. Por ejemplo, las
multitudes (entidades egotistas transitorias) son capaces de cometer unos
actos atroces que el individuo, separado de la turba, no cometería. No es raro
ver cómo las naciones asumen comportamientos que podrían reconocerse
inmediatamente como una psicopatía a nivel individual.
A medida que vaya
aflorando la nueva conciencia, algunas personas sentirán la necesidad de formar
grupos para reflejar la conciencia iluminada. Esos grupos no serán egos
colectivos porque sus integrantes no sentirán la necesidad de definir su identidad
a través de ellos. Ya no buscarán la forma para definir lo que son. Aunque los
integrantes de esos grupos no se hayan liberado completamente del ego, habrá
suficiente conciencia en ellos para reconocer el ego en sí mismos y en los
demás, tan pronto como éste trate de aflorar. Sin embargo, es preciso
mantener un estado de alerta porque el ego intentará asumir el control y
entronizarse a como dé lugar. Uno de los principales propósitos de
estos grupos, trátese de empresas iluminadas, organizaciones de caridad,
escuelas o comunidades, será disolver el ego humano exponiéndolo a la luz de
la conciencia. Las colectividades iluminadas desempeñarán una función
importante en el surgimiento de la nueva conciencia. Así como las colectividades egotistas nos
empujan hacia la inconciencia y el
sufrimiento, la colectividad iluminada podrá ser un manantial de conciencia
destinado a acelerar el cambio planetario.
LA PRUEBA INCONTROVERTIBLE DE LA INMORTALIDAD
El ego nace a través de
la brecha presente en la psique humana en la cual la identidad se separa en dos
partes a las cuales podríamos llamar "yo" y "mí mismo". Por
consiguiente, todos los egos son esquizofrénicos, para usar la palabra en su
acepción popular de la doble personalidad. Vivimos con una imagen mental de
nosotros mismos, un ser conceptual con el cual tenemos una relación. La vida misma termina siendo un concepto
separado de nuestra esencia en el
instante mismo en que hablamos de ella como "mi vida". Tan
pronto como decimos o pensamos en términos de "mi vida" y creemos en
lo que decimos (en lugar de ver la expresión como una convención lingüística), habremos
entrado en el ámbito de lo ilusorio. De existir "mi vida",
inmediatamente se desprende que Yo y mi vida somos dos cosas distintas, de tal
manera que también puedo perder mi vida, mi tesoro imaginario más preciado. La
muerte se convierte en una realidad aparente y en una amenaza. Las palabras y
los conceptos dividen la vida en segmentos separados carentes de realidad en
sí mismos. Podríamos incluso decir que la noción de "mi vida" es el
delirio original de la separación, la fuente del ego. Si yo y la vida
somos dos, si estoy separado de la vida, entonces estoy separado de todas las
cosas, de todos los seres, de todas las personas. ¿Pero cómo podría estar
separado de la vida? ¿Cuál "Yo" podría existir separado de la vida,
separado del Ser? Es completamente imposible. Por consiguiente,
"mi vida" no puede existir y no tengo una vida. Soy la vida. Yo y la vida somos uno. No puede
ser de otra manera. ¿Entonces cómo podría perder mi vida? ¿Cómo podría
perder algo que no poseo? ¿Cómo podría
perder algo que Yo Soy? Es imposible.
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