viernes, 6 de diciembre de 2013

Receta convincente y efectiva



                                              
Entre todos los títulos que me han otorgado existe uno que me dan a diario y suele causarme satisfacción extrema: “investigadora científica de la verdad espiritual”, unos me recalcan que de manera empírica he llegado a conclusiones asombrosas, ametódica, asistemática, siempre contesto que el resultado es óptimo, el camino ha sido largo, con frutos maravillosos, con decepciones? Si, satisfacciones? También.

Muchos ignoran mi proceso al detalle; como por ejemplo,  la entrega de diplomas, reconocimientos que en estos veinte y tantos años he recibido, el estudio continuo para desenmascarar, develar esa línea divisoria entre ciencia y espiritualidad y el reconocimiento máximo de ver en la realidad y no de forma ilusoria, el renacer de quien quiere demostrar; al igual que yo, que si se puede vivir a plenitud.

Esta receta que publico hoy, la hemos estudiado otras veces de forma diferente, una de mis niñas más estudiosas me insistió en detallarla desde la etimología porque el dia que lo hicimos juntas le vio la practicidad que necesitamos hoy para aplicar la espiritualidad a nuestro diario vivir. 

Tal cual una receta, la mezcla de los ingredientes nos da el resultado esperado, trabajar con una meta, visualizando el resultado, QUE ES LO QUE NECESITO?

Paso Uno:
Convicción, confianza, creencia, dependencia, integridad, persuasión, implantar confianza interior, seguridad, que el objeto de tu creencia sea en complicidad divina.

Paso Dos:
Cualquier cualidad que acredita a una persona la estimación pública, valor intrínseco, excelencia moral y bondad.

Paso Tres:
Conocer con un grado de totalidad y competencia, estar familiarizado mediante el discernimiento y reconocimiento plenos, el conocimiento más que percepción intelectual, se trata de experimentar el resultado de nuestra transformación moral y levantar un estandarte más fuerte y más valedero que el conocido hasta ahora.

Paso Cuatro:
Dominar la mente, buen juicio, pensamiento disciplinado, habilidad de entender y tomar decisiones correctas, autocontrol y autodisciplina.

Paso Cinco:
Disposición, autoindulgencia, firmeza paciente, constancia, perseverancia, es la capacidad de continuar en pie bajo circunstancias difíciles, no asumiendo una complacencia pasiva sino con la entereza de quien resiste activamente ante los inconvenientes y el fracaso.

Paso Seis:
Temor de respeto, no de miedo, cuando realmente amamos o apreciamos, no queremos perder a ese Ser y lo respetamos no haciendo lo que le disgusta.

Paso Siete:
Amor philadelphia, Benevolencia, festín de amor.

Si mezclamos los ingredientes comenzando desde el último al primero, el resultado es el mismo y a modo de ejercicio puedo resumir que siendo benevolente conmigo mismo, respetándome, apreciándome, dispuesto con perseverancia a continuar activamente dominando mi mente con un pensamiento disciplinado, familiarizándome con el conocimiento espiritual que más que percepción intelectual, se trata de experimentar el resultado de nuestra transformación moral, esto me acreditará la estimación pública dándome más confianza en el objeto de mi creencia: la verdadera espiritualidad es seguir en complicidad divina como cuando llegamos a fecundar en el óvulo materno.

Helen Vettor.

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