Probablemente en estos días de trabajo en tu propia
creación has pasado de la negación al disgusto, de la esperanza a la depresión,
y a quienes han aceptado el reto, aparte de mis felicitaciones les doy hoy una
muy buena noticia, estas comenzando lo que se denomina iluminación en esta
práctica de tu sexto día.
En este día fuimos creados los humanos a su imagen
y semejanza divina, y también en este día el mandato divino a la tierra fue que
produjese seres vivientes según su género, animales de la tierra según su
especie.
La palabra vida del griego "zoe"
(zoología) se refiere al principio de la vida, no solamente vida física sino
vida espiritual.
Dios es espíritu, por lo tanto, en nosotros
predomina lo espiritual a su imagen y semejanza, cuando se refirió a la
humanidad en general (hebreo Adam) aclaró que seríamos a su “imagen”, “semejanza”.
Somos espíritu, alma y cuerpo hechos el sexto día
de la creación, somos el número seis en espíritu, seis en alma, seis en cuerpo,
cuando le damos acceso al mal, predomina en nosotros la señal anticristiana
(666). No permitamos que emociones contrarias a la divinidad de nuestro Creador
formen parte de nosotros.
Entendiendo la evolución espiritual y camino a la
perfección, de manera responsable decidiremos internamente que depende solo de
nosotros convertirnos en corona de la Creación tal cual fuimos diseñados.
Debemos seguir adquiriendo conocimiento, aprendiendo,
madurando, aplicando y actualizándonos, conocimiento sin práctica es pura teoría, experimentar produce sabiduria, nuestra verdadera evolución consiste en el dominio de nosotros mismos, eso es estar conectados a la Fuente, estar iluminados.
Este tema del sexto día es inagotable y muy
polémico para mí.
Espero tus comentarios,
Helen Vettor.
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